La Ciudad de los Libros y la Imagen
La Ciudadela se empezó a construir a final del siglo
XVIII y terminó en 1807 como Real Fábrica de Tabaco, en el borde del México
colonial. El edificio ha albergado muchos usos desde entonces: cuartel militar,
cárcel, fábrica de armas, escuela y, desde 1946, como Biblioteca de México. El
edificio tuvo una intervención importante por parte del arquitecto Zabludovsky
en 1987, cubriéndose los cuatro patios principales con paraguas metálicos. La
presente intervención en el edificio histórico pretende: a) reorganizar el
acomodo programático de los diferentes funciones para hacerlo más eficiente y
lógico; b) rescatar el carácter del edificio al retomar el esquema de patios
que tenía originalmente y restaurar sus componente, así como restituir las
circulaciones continuas a través del edificio, tanto perimetrales como el eje
norte-sur ; c) mejorar las condiciones de iluminación y ventilación natural
para lograr un mejor aprovechamiento de los recursos energéticos; d) atender
los requerimientos de accesibilidad mediante el empleo de guías táctiles y el
uso de rampas en topografías que eliminan cualquier escalón en las áreas
comunes del edificio, e) actualizar las instalaciones y equipamientos de
acuerdo a las necesidades de usos e interconectividad de la vida actual.
La sala se divide en dos bloques: el área Braille, el
espacio de usos múltiples, alfabetización digital, la bebeteca y la ludoteca,
organizados en torno a un patio existente; en torno a otro patio de mayor
escala y con vegetación, que conecta con
el centro del edificio, se encuentra la colección general y el taller de
manualidades. En su interior, las diversas funciones se resuelven con elementos
circulares independientes adaptados a cada necesidad, lo que permite flujos
libres, concentraciones puntuales de niños, y mantener la visual de todo el
espacio.
Concebida no solo como un área de venta sino también
de exhibición, esta librería de Educal se localiza en dos áreas simétricas
independientes: una aloja el área de adultos, otra el área infantil y juvenil.
Ambos espacios se tratan de manera similar. La crujía de acceso funciona como
zona de control y cajas, mientras que otra crujía longitudinal es tratada como
un panal envolvente; en los muros, genera áreas para exhibición y venta, para
ubicar pantallas, y nichos para sentarse a leer; en el plafón, oculta
iluminación, instalaciones, y varía las alturas de la crujía; en el piso,
genera una retícula, cubierta por un piso transparente, en la que se colocan
objetos, libros y otros artículos que identifican el tipo de público al cuál va
dirigido.
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