Ladrillos que crecen desde las Bacterias
BioMasion, un
método de cultivo de ladrillos a través de bacterias y microorganismos.
Argumentando que los cuatro materiales tradicionales de
construcción -hormigón, vidrio, acero y madera- contienen un alto nivel de
energía incorporada y dependen en gran medida de recursos naturales limitados,
su respuesta es un nuevo material biológico de alta resistencia, que se puede
utilizar “sin impactos negativos al medio ambiente circundante”.
Según bioMason, “en 2008, la producción mundial de cemento
ascendió a 2,8 millones de toneladas, con cantidades equivalentes de CO2
emitidas a la atmósfera”. La intensa energía usada en sus procesos, que van
desde la extracción de la materia prima, el transporte y las fuentes de
combustible para los hornos de calefacción, contribuyen al hecho de que “el 40%
de las emisiones globales de dióxido de carbono están relacionadas con la
industria de la construcción”.
“Las bacterias, que proporcionan un entorno preciso para
formar, en combinación con un nutriente, nitrógeno y fuente de calcio, permiten
la formación de cemento natural a temperatura ambiente, necesitando menos de
cinco días para producir un material prefabricado”.
bioMason ha creado un modelo viable de mercado que implica
la concesión de licencias a fabricantes de mampostería existentes, para
comenzar a crecer. El costo de generar biocemento es muy bajo, globalmente
abundante y puede ser obtenido de subproductos residuales. En lugar de ser
fundido en hornos intensivos de combustible, el material se cultiva a
temperatura ambiente. El agua que se utiliza para entregar los reactivos de
cementación se recicla en un sistema de circuito cerrado y se reutiliza en el
proceso de fabricación. Además, dado que los cementos biológicos se forman en
un proceso cristalino diferente al cemento Portland, “pruebas recientes han
tenido éxito con agua de mar”.
Cortesía de bioMason
Cortesía de bioMason
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